José Ingenieros, el argentino de múltiples profesiones que hizo historia en el país

El argentino fue un referente en el área de la medicina aunque también se desempeñó como filósofo, psiquiatra y escritor. Se trata de un referente intelectual del siglo XIX.

José Ingenieros, quien en realidad fue registrado bajo el nombre de Giuseppe, nació el 24 de abril de 1877 en la provincia de Buenos Aires. A lo largo de su vida, se destacó en distintas áreas, desempeñándose como médico, filósofo, sociólogo, escritor, entre otros. 

Es importante resaltar que Ingenieros no era lo que hoy se conoce como sociólogo, más bien se le podría considerar un ensayista crítico. Sus escritos sobre la sociedad de aquel entonces ayudaron a iniciar un diálogo sobre numerosos aspectos morales y éticos en la Argentina de principios del siglo XX. 

Esta discusión se originó en diversas corrientes de opinión política de la época, como el socialismo, la masonería, el comunismo y el anarquismo. Su aportes eventualmente influyeron, aunque transformados, en amplios movimientos sociales como el radicalismo y el peronismo.

Esto lo llevó a posicionarse como uno de los intelectuales más representativos del país, dada la consolidación del positivismo argentino. Dicha época estuvo marcada por la recepción de las teorías evolucionistas que provenían de Europa para explicar el funcionamiento de la vida social. 

El argentino fue el autor de “El hombre mediocre”, uno de los libros más leídos por los reformistas y la izquierda argentina de la primera mitad del siglo XX. En tanto, fue uno de los fundadores de la Unión Latinoamericana, defensor de la Reforma Universitaria y autor de obras que influenciaron a varias generaciones.

A pesar de su muerte prematura, la cual ocurrió el 31 de octubre de 1925, su vida fue objeto de biografías por parte de Sergio Bagú, Héctor Agosti y Aníbal Ponce. En cada uno de los casos, se destacaron sus grandes aportes en el ámbito de la literatura, por ejemplo.

El acercamiento de José Ingenieros a la escritura

Con una base de estudios primarios en el Colegio La Anunciación, desde niño trabajó corrigiendo pruebas de imprenta debido a las dificultades económicas de su familia, ya que su padre era periodista y no contaba con grandes ingresos. 

Al mismo tiempo se encargó de traducir del italiano, francés e inglés, incluyendo libros completos. Poco a poco, su acercamiento con la escritura se fue afianzando.

En 1888, ingresó al Colegio Nacional Buenos Aires, bajo la dirección de Amancio Alcorta. En 1892, tras terminar la secundaria, fundó el periódico La Reforma y al año siguiente, en 1893, comenzó a estudiar en la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires (UBA), obteniendo su título de farmacéutico en 1897.

Ya en 1900 se recibió de médico con su tesis “Simulación en la lucha por la vida”. Para entonces, ya era conocido en los círculos literarios. Esto lo ayudó a posicionarse como referente a nivel nacional.

Al cumplir los 25 años de edad, en 1902, Ingenieros publicó su primer libro, “La Psicopatología en el Arte”, donde analizó la psicología de los criminales innatos.

Pocos meses después, publicó el segundo llamado “La Simulación en la Lucha por la Vida”, donde relacionó el instinto de supervivencia entre hombres y animales.

Además de sus intereses científicos y sociales, desde joven mostró interés por el ocultismo, los fenómenos parapsicológicos y la teosofía. A partir de 1897, dirigió junto a Leopoldo Lugones el diario La Montaña, que se autodenominaba socialista revolucionario. 

En su primer número, escribió un artículo defendiendo la teosofía y el ocultismo, y compartió su visión sobre el papel futuro de estos en la investigación científica.

En 1898, escribió por primera vez para la revista teosófica Philadelphia y continuó colaborando en varias ocasiones. En sus publicaciones, criticó las posturas científicas oficiales, considerándolas dogmáticas, mientras llevó una actitud más abierta en la investigación psicológica.

El recorrido de José Ingenieros por el área de la ciencia

En 1903, la Academia Nacional de Medicina lo premió por su obra “Simulación de la locura”, que era la secuela de su tesis publicada como libro. Además, fue nombrado como jefe de la Clínica de Enfermedades Nerviosas de la Facultad de Medicina de la UBA. 

Al año siguiente, Ingenieros fue suplente dentro de la cátedra de Psicología Experimental en la Facultad de Filosofía y Letras de la misma universidad. Además, se destacó como miembro de la Cátedra de Neurología a cargo de José María Ramos Mejía.

Entre 1902 y 1913, dirigió los archivos de Psiquiatría y Criminología, y se hizo cargo del Instituto de Criminología de la Penitenciaría Nacional de Buenos Aires, alternando su trabajo con conferencias en universidades europeas.

En 1908, ganó la cátedra de Psicología Experimental en la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA. Ese mismo año fundó la Sociedad de Psicología, con el objetivo de promocionar la investigación local, difundir el conocimiento de los profesionales y establecer una colaboración internacional.

En 1909, fue elegido presidente de la Sociedad Médica Argentina y nombrado delegado argentino en el Congreso Científico Internacional celebrado en Buenos Aires. Cabe destacar que completó sus estudios científicos en las universidades de París, Ginebra, Lausana y Heidelberg.

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