Florentino Ameghino, la historia de un investigador clave para la paleontología

El científico es reconocido a nivel global por sus investigaciones arqueológicas esenciales para el área de la paleontología y geología. Sus trabajos tuvieron gran alcance internacional, dados sus aportes en estos campos.

Florentino Ameghino nació el 19 de septiembre de 1853 en Moneglia, ubicada en la provincia de Génova, Italia. A sus 18 meses de vida llegó a Argentina junto con su familia, instalándose en Luján, donde se educó con el paso del tiempo. 

Ameghino, quien en realidad nació con el nombre de Giovanni Battista Fiorino, se destacó principalmente por ser un científico autodidacta. Al mismo tiempo se desempeñó como paleontólogo, geólogo y antropólogo de la Generación del 80. 

Todas estas profesiones las desempeñó desde 1862 hasta su fallecimiento en agosto de 1911. Dirigió y financió sus propios viajes dentro del territorio argentino, iniciándose en la zona Pampeana y expandiéndose hacia el resto del país, donde recolectó y clasificó restos fósiles.

Su hermano Carlos fue un compañero clave en sus trabajos, a tal punto que establecieron en conjunto una sociedad sin precedentes en la historia científica argentina de aquel tiempo. 

Mientras Carlos hallaba las muestras y redactaba informes, Florentino realizaba el trabajo de laboratorio, estudiando y caracterizando los hallazgos. 

De esta manera, basándose en estos descubrimientos, elaboró teorías y clasificó nuevas especies que aportaron al área de la paleontología.

Sus primeras obras y memorias publicadas captaron la atención de la Sociedad Científica Argentina. Ante esta situación, decidió viajar a Europa en 1878 para fortalecer sus estudios. Allí tomo cursos en la Academia de Antropología de París e hizo grandes trabajos de campo. 

Presentó sus descubrimientos en la Exposición de París y en congresos científicos internacionales, estableciendo lazos con los profesionales más destacados de la época. En tres años se consolidó como un renombrado científico a nivel mundial.

En 1881, tomó la decisión de regresar al país y establecer una librería en la provincia de Buenos Aires, donde también entrenó a su hermano Carlos en el trabajo de campo. Además, fue profesor de zoología en la Universidad Nacional de Córdoba.

En 1886, el científico Francisco Moreno lo designó vicedirector y secretario del Museo de La Plata, encargándole la sección de Paleontología, la cual enriqueció con sus propias investigaciones. Sin embargo, fue breve el período en que ambos científicos trabajaron juntos.

Finalmente, fue director del Museo Nacional de Buenos Aires. Su hermano Carlos, en tanto, se desempeñó como naturalista de campo y Ayudante Preparador de Paleontología.

La teoría de Florentino Ameghino sobre la megafauna y los humanos

Su teoría postulaba la coexistencia entre seres humanos y la megafauna extinta en la zona pampeana, incluyendo un posible origen del ser humano y su evolución posterior en América. 

Como autodidacta, estudió los terrenos de la Pampa, recolectando numerosos fósiles que formaron la base de sus investigaciones en geología y paleontología. También investigó al hombre en el periodo cuaternario en el yacimiento arqueológico de Chelles, Francia. 

En detalle, Florentino Ameghino se basó en los hallazgos realizados en el noroeste de la provincia de Buenos Aires para desarrollar una teoría que afirmaba la coexistencia entre seres humanos y la megafauna extinta en la zona pampeana. 

Es importante resaltar que el científico también incluyó la idea de un posible origen del ser humano y su evolución posterior en América. Esto le dio marco para proponer su punto de vista al respecto.

Sin embargo, la publicación de Ameghino fue objeto de varias críticas, especialmente respecto a las estimaciones cronológicas de la antigüedad de los fósiles encontrados y las interpretaciones de los cráneos humanos.

El revuelo que se formó en torno a su trabajo llevó a distintos arqueólogos contemporáneos como Bailey Willis a viajar hacia el territorio argentino para corroborar sus teorías.

Desde diferentes perspectivas, los científicos que estudiaron los hallazgos de Florentino concluyeron que estaba equivocado. Argumentaron que los seres humanos no se habrían originado en las pampas ni habrían convivido con la megafauna que abundaba en la llanura durante el Pleistoceno. 

En la actualidad, se sabe que los restos que se encontraron en América pertenecen al Homo sapiens, es decir, a seres humanos anatómicamente modernos. Esto indica que no hubo un proceso de hominización en el territorio americano.

Por su parte, los restos óseos estudiados por Ameghino son más recientes de lo que él propuso, por lo que su teoría tampoco se confirmó por este motivo. 

En cuanto a la coexistencia entre los humanos y la megafauna en las pampas, que fue rechazada por los arqueólogos contemporáneos, hoy en día existe una visión diferente sobre este tema.

Los homenajes a Florentino Ameghino en Argentina

El paleontólogo es recordado con diversos homenajes, tanto en Argentina como en otros países del mundo. Su reconocimiento no tiene límites, a tal punto que hay un cráter lunar que lleva su nombre.

En 1917, la ciudad de La Plata renombró la Avenida Diagonal 80 -conocida anteriormente como Avenida Ferrocarril- y la designó Florentino Ameghino mediante la Ordenanza Municipal Número 3.

Al mismo tiempo, varias localidades argentinas llevan su nombre. Numerosos establecimientos educativos en todo el país, bibliotecas, museos, plazas, escuelas y parques también lo honran de diferentes maneras.

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