El rol de Vandana Shiva en la soberanía de alimentos

La activista es reconocida por salir al cruce contra las grandes corporaciones que contaminan la naturaleza.  Es la globalización la que pone en juego la soberanía de los pueblos campesinos.

La historia de vida de Vandana Shiva 

Vandana Shiva nació en India, en 1952. Su familia era amante de la naturaleza: su padre, guardabosques; su madre, granjera. Esto la llevó a interesarse por el bienestar del ecosistema, tal es así que a sus 21 años de edad participó de un movimiento social que iba contra la tala de bosques.

Con el paso del tiempo, la ecofeminista se decidió a estudiar física en una de las universidades más importantes del país, donde se graduó como Licenciada en Ciencias. Además, en Canadá obtuvo la maestría y el doctorado en Filosofía de la Ciencia.

Su compromiso y su formación académica la llevaron a posicionarse como una gran referente en el mundo del activismo, particularmente por su postura contra los transgénicos. A la par dejó en mira de todo su apoyo al ecologismo y a las mujeres campesinas.

Según indica, existe un patriarcado capitalista que determina la forma de vivir y producir alimentos. En esta, la naturaleza y el género femenino quedan de lado, notándose una colonización en ambos. Es así como se atentan contra los derechos de la tierra y de la población que quiere acceder a los alimentos.

Shiva comprende que el estado natural de las cosas es el equilibrio y que las consecuencias de alterar un sistema que se autorregula son terribles. Por ello, finalmente creó una fundación para impulsar sus iniciativas y difundir la agricultura ecológica.

Asimismo pudo estudiar sobre el mantenimiento de la biodiversidad y  fomentar la participación de las mujeres en los movimientos ecologistas mundiales.

Toda su historia refleja la batalla personal que tuvo toda su vida contra la desigualdad social. Estudiar física en India, denunciar a las grandes empresas, crear comunidades militantes, entre otras cuestiones.

La postura de Vandana Shiva

Luego de haber estudiado durante varios años los orígenes del cambio climático, la activista considera que el principal problema de este escenario está relacionado con la producción de alimentos.

Si bien los productos químicos causan grandes efectos negativos en las plantas y en la tierra, lo cierto es que esto también se debe al uso de combustibles fósiles dentro de la industria.

La agricultura que se maneja con los derivados del petróleo es la principal responsable de los gases de efecto invernadero que se registran al año. Esto pone en juego a casi toda el agua dulce del mundo. En tanto, se destruye el suelo a más del 70%.

Por estos motivos, Shiva apunta hacia las grandes industrias químicas y alimentarias, al decir que son quienes impusieron un modo de cultivar totalmente ajenos a los principios naturales. Además, asegura que desde hace tiempo hacen creer que sin químicos no es posible producir comida.

En esta línea, explica también que este sistema es profundamente ineficiente, realidad que se ocultó haciendo creer que la eficiencia solo depende del número de personas que llevan a cabo el trabajo.

En paralelo, asegura que el verdadero rendimiento lo consiguen las pequeñas granjas tradicionales, donde se promueve la sostenibilidad y los derechos de los trabajadores. Se trata de un auténtico modo de conseguir soberanía alimentaria.

Mientras que las granjas industriales consumen diez unidades contaminantes para producir una unidad de comida, en las ecológicas todo funciona por ciclos, ya que nada se desaprovecha.

Vandana Shiva considera que la metodología de la comida debería ser diversa e integral a nivel global. Esto supone incorporar ingredientes que provengan de suelos orgánicos y ricos en biodiversidad, que a la par sean respetuosos con las plantas.

Los alimentos que se consumen y se comercializan deben ser frescos, no ultra procesados. Son estos últimos los que provocan graves enfermedades, como es el caso de las crónicas.

Por otra parte, los alimentos deben haber viajado la distancia más corta posible desde su punto de producción hasta el destino final. Se trata de un escenario que permite reducir las emisiones climáticas propias del sistema de transporte. 

Para la ecologista, la salud del sueldo y las plantas repercuten de forma directa en la salud de los ciudadanos. Sin una actitud responsable y seria, el panorama general traería consecuencias ambientales y humanas.

La realidad sería mejor sin la intromisión humana en la naturaleza. Shiva llama caos climático a aquello que sucede en la Tierra, donde se satisfacen las necesidades de una pequeña parte de la población (empresarios multimillonarios) y se descuida a quienes se encuentran en situación de vulnerabilidad.

Por último, Shiva culpa a las compañías productoras de semillas, fertilizantes químicos y pesticidas de la desaparición de las semillas orgánicas. La adopción de las transgénicas cambió definitivamente la manera de elaborar alimentos en el mundo.

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