El legado de Margarita Salas en la biología molecular: así fue la vida de una icónica pionera

Ella fue una investigadora española-argentina que se convirtió en una gran referente dentro del área de la ciencia. Además, se posicionó como una líder feminista, en un contexto caracterizado por el machismo.

Margarita Salas Falgueras fue una exitosa bioquímica tanto en España como en Argentina. Nació el 30 de noviembre de 1938 en Valdés, y formó parte de una familia de grandes profesionales. 

José Salas Martínez fue su padre, quien se desempeñó como psiquiatra y neurólogo. Su madre Margarita Falgueras Gatell, en cambio, se dedicó a la educación mediante el rol de maestra. Además, tuvo dos hermanos científicos: José Salas y María Luisa.  

Más allá de la influencia propia del entorno familiar, el médico Severo Ochoa -de quien se puede considerar discípula- influyó en ella, alentando su interés por las ciencias.

Su formación académica la afianzó en el Colegio de la Asunción de Gijón, España, desde los tres hasta los dieciséis años. Al finalizar el nivel pre universitario, se trasladó a Madrid para hacer las pruebas de acceso a las carreras de Química y Medicina. 

Una vez dado el examen impuesto por las autoridades, ingresó en la facultad de Químicas y, en el verano de 1958, conoció a Severo Ochoa, quien influyó de forma significativa en su carrera. Su atracción era tal que hasta se encaminó hacia la bioquímica. 

Margarita se licenció en Ciencias Químicas por la Universidad Complutense en 1960, obteniendo la calificación de sobresaliente. Al tiempo hizo su doctorado bajo la dirección de Alberto Sols, el prestigioso investigador especializado en Bioquímica. 

Tres años después obtuvo el título de doctora en Ciencias, con la tesis Especificidad anomérica de la glucosafosfato isomerasa y otros enzimas y anomerización de hexosafosfatos. En 2011, recibió el título de Doctora Honoris Causa por la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED).

En 1964, junto a su esposo Eladio Viñuela, con quien se había casado en 1963, se trasladó a Estados Unidos para integrarse al Departamento Científico de la Escuela de Medicina de la Universidad de Nueva York, donde ambos trabajaron hasta 1967. 

En este último año regresaron al territorio español, con el objetivo de impulsar el desarrollo de la biología molecular. Dicha iniciativa estuvo respaldada con financiamiento estadounidense.

Así es como trabajaron en conjunto para impulsar la investigación española en el campo de la bioquímica y de la biología molecular. Esto les permitió hallar resultados únicos para dichos campos.

Finalmente el 7 de noviembre de 2019 falleció de un paro cardiorrespiratorio, tras una complicación de una dolencia digestiva de la que iba a ser operada.

El aporte de Margarita Salas en el desarrollo de la biotecnología

A lo largo de su carrera, Margarita Salas fue una firme defensora de la investigación básica, es decir, la búsqueda del conocimiento por el mero valor del saber. 

En varias ocasiones, la científica española destacó la importancia de llevar a cabo una investigación básica de calidad. A partir de esta es que pueden surgir resultados aplicables que no son previsibles a primera vista.

Bajo esta premisa, su equipo de trabajo logró un notable éxito al demostrar que la maquinaria genética del virus bacteriano Phi29 –la cual contiene un total de 20 genes- podía abrir nuevas y prometedoras posibilidades en biotecnología.

Este paso fue de suma importancia para la biotecnología, dada la capacidad de su ADN polimerasa de amplificar material genético de manera sencilla, rápida y fiable. 

Esto permite que, a partir de cantidades mínimas de una molécula, se puedan generar millones de copias, útiles en una amplia variedad de aplicaciones como análisis genéticos, medicina forense, y estudios arqueológicos, entre otros.

Por otra parte, Salas insistió en varias oportunidades que su objetivo no era encontrar aplicaciones prácticas. Sin embargo, con el tiempo, el ADN polimerasa de Phi29 se convirtió en una herramienta esencial para la producción masiva de copias genéticas a partir de cantidades diminutas de material genético.

El rol de Margarita Salas en una ciencia machista

Cuando regresó a España en 1967, no era conocida por sus contribuciones científicas, sino por ser la esposa de Eladio Viñuela. Además, su trabajo no recibía el reconocimiento que realmente merecía debido a su condición de mujer, en una época en que las científicas raramente eran valoradas por sus logros. 

Es importante resaltar que, en esa época, los descubrimientos eran atribuidos a los hombres. Sin embargo, Salas corrompió cualquier tipo de barrera social, al convertirse en pionera en varias tareas que hasta entonces sólo habían sido ejecutadas por el género masculinos. 

Asimismo se convirtió en la primera mujer en recibir la Medalla Echegaray, otorgada por la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales. Esto le dio prestigio social, en términos locales e internacionales.

Cuando ganó el Premio Severo Ochoa de Investigación, Alberto Sols, quien había dirigido su tesis, confesó que inicialmente le había asignado un tema de investigación menor, pensando que no sería grave si no lograba resultados significativos. 

Margarita no dio importancia a esta actitud, señalando que no era un problema de Alberto, sino de la época en que vivían. Con su trayectoria, la científica ayudó a hacer la ciencia más accesible para las académicas.

En esta línea, siempre se mantuvo en contacto con los jóvenes y las mujeres, con la meta de inspirarlas dentro de la ciencia. Por este motivo fue conocida como mentora de muchos científicos, entre ellos María Blasco, Manuel Serrano, Marisol Soengas y Jesús Ávila.

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