Alicia Luque es una especialista argentina de la Universidad Nacional de Rosario, Argentina, quien principalmente centra sus investigaciones en la enfermedad mucormicosis, la misma también conocida como hongo negro.
Dicho afección fúngica está relacionada con el COVID-19 ya que su frecuencia aumentó durante la pandemia y empeora el estado de los pacientes afectados por el Coronavirus.
Las investigaciones de Luque se relacionan con patógenos, micología, biología de los hongos, infecciones por hongos, y la taxonomía de los hongos.
Asimismo, Luque es profesora asociada de la Facultad de Ciencias Bioquímicas y Farmacéuticas de la Universidad Nacional de Rosario, directora del Área de Micología de la misma facultad, y también forma parte del equipo del Centro de Referencia de Micología (CEREMIC) de dicha facultad.
Luque y el Hongo Negro
Como fue mencionado anteriormente, Luque es parte del equipo del Centro de Referencia de Micología (CEREMIC) de la Facultad de Ciencias Bioquímicas.
Este mismo es un espacio que busca divulgar información sobre las problemáticas vinculadas a los hongos y se centra en la investigación y docencia, entre otras áreas.
El Centro está vinculado con actividades centradas en la micología humana, animal, y vegetal. Sus investigaciones buscan estudiar la manera en la que los hongos producen enfermedades.
Uno de los estudios llevados a cabo por el centro y por la investigadora argentina es aquel centrado en la mucormicosis, también conocido como hongo negro.
La mucormicosis es una infección producida por los hongos mucorales, los cuales descomponen materia orgánica y pueden llegar a ser letales para las personas que tienen las defensas bajas.
El hongo puede ingresar al organismo de dos maneras, tanto por las vías respiratorias como lastimaduras en la piel.
Durante la pandemia de Coronavirus los números de su frecuencia se elevaron tras los pacientes estar comprometidos de salud y por ende tener las defensas bajas.
Asimismo, el hongo lleva consigo un alto índice de mortalidad y es por esta misma razón que Luque sostiene que los diagnósticos han de hacerse con prontitud ya que su evolución tiene consecuencias graves.
Además, la investigadora argentina sostiene que se lo denomina hongo negro no por el aspecto del hongo en sí, sino por el color que adquiere la piel afectada por el mismo..
Aportes de Luque
Además de sus contribuciones sobre el hongo negro y su relación con el COVID-19, Luque está a cargo de dos proyectos relacionados con los hongos patógenos, uno que afecta a las personas y otro que influye sobre las plantas.
Con estos, la investigadora argentina sostiene que los objetivos son conocer las características de los hongos para así poder prevenir infecciones y beneficiar la salud.
El equipo del cual forma parte en el Centro de Referencia de Micología participó de Proyectos de Investigación en el campo de ciencias de la salud para la generación de nuevos conocimientos sobre las secuelas originadas por el SARS-CoV-2.
Esta fue una convocatoria realizada por la Agencia Nacional de Promoción de la Investigación, el Desarrollo Tecnológico y la Innovación, y el equipo fue invitado a participar de una investigación nacional que busca estudiar las enfermedades producidas por hongos que afectaron a los pacientes que tuvieron COVID-19.
Por otra parte, Luque también ha realizado publicaciones en diferentes sitios tanto nacionales como internacionales, como por ejemplo el Boletín Micológico, la Revista Argentina de Microbiología, Acta Bioquímica Clínica Latinoamericana, y Australasian Plant Disease Notes.
COVID-19 y las secuelas que perduran hasta la actualidad
Dentro de las secuelas que tuvieron algunos de los pacientes que fueron afectados por el COVID-19, la mucormicosis no es la única.
Estudios realizados sobre el COVID, el cual ya ha sido definido como enfermedad para la Organización Mundial de la Salud (OMS), sostienen que pacientes suelen presentar síntomas a largo plazo.
Las diversas investigaciones sostienen que la enfermedad, la cual se manifiesta de diferentes maneras en cada persona, suele continuar afectando a las mismas con el desarrollo de síntomas posteriores a haber tenido la enfermedad.
No solamente síntomas como dolor de cabeza, dolor muscular, o fatiga son algunas de las consecuencias que el COVID lleva aparejada consigo, incluso después de un largo plazo de tiempo, sino también casos de ansiedad, depresión, e incluso alteraciones del sueño.
Hasta el día de hoy, estudios e investigaciones son llevadas a cabo con el objetivo de rastrear por qué ocurren estos efectos a largo plazo y de qué manera se relacionan con el haber tenido COVID-19.
Tanto organizaciones nacionales como internacionales buscan compartir información y recolectar datos para así tener la posibilidad de llegar a hipótesis y conclusiones que les permitan analizar estas afecciones posteriores.
Mientras que Luque y su equipo basan sus investigaciones en la micología, la patología de los hongos, y la presencia de estos mismos, son diversas las disciplinas que actualmente continúan desarrollando estudios que se centran en las secuelas dejadas por el COVID-19.