Claudio Sosa: preservando la diversidad genética en cultivos nativos

Si se habla de los parámetros que integran la agricultura intensiva, la diversidad genética es considerada como un factor indispensable que determina la capacidad que tiene un cultivo para resistir a múltiples enfermedades, el cambio climático y otras amenazas que puedan llegar a presentarse. 

En la era de la agricultura y manipulación genética, existen diversas personalidades reconocidas que dejaron una huella imborrable en el campo de la investigación. 

Una de ellas es Claudio Sosa, un protector de productos originales y precursor de la independencia alimentaria que realizó una notable contribución a la conservación de la diversidad genética y agricultura conocida como tradicional. 

¿Cuáles fueron sus primeros pasos? 

Desde sus inicios, Claudio sintió un profundo interés por sumergirse en el antiguo mundo de la agricultura y comenzar a aprender los secretos de la tierra y las semillas que sustentan a las comunidades. 

Por esta razón y con la finalidad de convertirse en un protector de la herencia agrícola argentina, estudió agronomía en la universidad, donde siguió ampliando sus conocimientos y también se especializó en temáticas como agroecología e ingeniería genética.

Compromiso con las semillas criollas  

Entre sus principales aportes al campo de investigación, el rescate de semillas criollas se posiciona como uno de sus hitos más reconocidos en el ámbito. El investigador pudo detectar que las semillas se adaptaron a las condiciones locales durante miles de generaciones, y contienen una variedad de genes para aportar a la seguridad alimentaria y la viabilidad de los sistemas agrícolas. 

Sosa se comprometió a protegerlos y emprendió un viaje por todo el país, recolectando miles de semillas de “Cuervo de campo”, dado que son un tipo que se encontraba desaparecido debido al crecimiento ocasionado por las grandes cosechas.

A lo largo del recorrido, estableció diversos bancos de semillas en la región y comenzó a trabajar con agricultores para promover el uso y la conservación de semillas. Su propósito no era solo cosechar y preservar semillas, si no también enseñarle a quien recién se estaban sumergiendo en este universo, cómo gestionar y promover diversos métodos agrícolas. Igualmente, estos bancos de semillas no solo funcionaban como reservorios de diversidad genética, si no que también promueven la autonomía de las comunidades y fortalecen las condiciones de sus lazos sociales. 

En cuanto a su misión, él no sólo buscaba proteger los alimentos, sino también promover la gestión de los mismos. Se convirtió en un difusor y referente de la importancia del control genético para el control humano y apoyó políticas que protegieran los derechos de los agricultores a guardar, transferir y utilizar semillas.

Para el futuro, espera continuar expandiendo su trabajo, involucrando a más comunidades en la conservación de semillas criollas y promoviendo prácticas agrícolas sostenibles tanto a nivel nacional como internacional, para que la diversidad genética en la agricultura sea cada vez más valorada y protegida. 

Aportes a la agricultura tradicional 

Para el agrónomo citado, la agricultura no solo representa una actividad económica, sino que es un estilo de vida basado en tradiciones ancestrales y beneficiosas para el medio ambiente. 

Logró demostrar que la agricultura tradicional es una fuerte alternativa frente a la industrialización, y demostró la capacidad para alimentar a las personas y al medio ambiente que tiene esta práctica. 

Por otro lado, fomentó la reactivación y restauración de prácticas agrícolas tradicionales como la rotación de cultivos, el uso de fertilizantes orgánicos y el control de plagas; y transmitió su compromiso con la preservación de los conocimientos ancestrales sobre las plantas y sus usos, tanto medicinales, como culinarios.

Siguiendo esta línea, es importante destacar que trabajó junto a organizaciones locales e internacionales para promover políticas que protejan la diversidad genética y promuevan la permacultura en América Latina. 

Por ejemplo, sus incansables esfuerzos por promover la soberanía alimentaria, fueron una gran inspiración mundial a la hora de volver a examinar los sistemas agrícolas y luchar incansablemente por una alimentación mucho más consciente y equitativa para todos.

Lo que dejó el legado de Claudio Sosa 

Su trayectoria lo posicionó como referente en el universo agrícola, transformándose en una fuente de esperanza para un mundo agrícola que se encuentra plagado de hibridación genética y dependencia de agroquímicos. 

Si bien su trabajo realizado para proteger los cultivos nativos, promover la soberanía alimentaria y preservar la agricultura tradicional, es una fuente de inspiración para las generaciones actuales y futuras a la hora de conservar la diversidad genética, es un problema que todavía persiste. 

El crecimiento de los monocultivos, el cambio climático y la introducción de material genético siguen amenazando la agricultura. Es por esto que es importante proteger y promover los diferentes tipos de agricultura en la agricultura, siguiendo su ejemplo y dedicación. 

A medida que los alimentos se vuelvan cada vez más sustentables y sustentables, su legado seguirá funcionando como fuente de ejemplo y orientación para las generaciones futuras.