María Belén Miserendino: impulsando la agricultura familiar

La agricultura familiar es un sector productivo estratégico para el abastecimiento de alimentos, el desarrollo de las economías regionales y el arraigo rural.

La regulación de la producción familiar y cooperativa de los alimentos de origen vegetal y animal es indispensable para garantizar la calidad e inocuidad de sus productos, y al mismo tiempo, se favorece su comercialización a nivel país. 

Actualmente, existen múltiples figuras que se convirtieron en líderes y alientan la inclusión social y el acceso a los recursos agrícolas. Una de ella es María Belén Miserendino, quien demuestra su importante papel en la difusión y consolidación de la agricultura familiar.

Contexto de la agricultura familiar 

La agricultura familiar se caracteriza por utilizar la fuerza de trabajo familiar, donde no se tiende a emplear a personas, y el proceso productivo lo realiza el núcleo familiar (abuelos, padres, hijos, nietos y bisnietos).

En los países en desarrollo, 3.000 millones de personas viven en áreas rurales (eso equivale a casi la mitad de la población mundial). De esta población, 2,500 millones están vinculados directamente a la agricultura, de los cuales 1.500 millones corresponden a pequeños agricultores y agricultura familiar.

La agricultura familiar, debido al equilibrio que mantiene entre los diferentes sistemas de producción, conserva los recursos naturales y la biodiversidad. 

Hay poco o nulo uso de fertilizantes, pesticidas, hormonas, antibióticos, dado que el manejo de desechos está en correspondencia con la capacidad de absorción de los suelos. 

Y, con respecto a los alimentos, son producidos sin o con poco nivel de preservantes químicos y la agricultura familiar se integra y estimula en el mercado local y regional. 

Primeros acercamientos

Miserendino siempre contó con una habilidad innata para comprender con mayor facilidad los problemas y oportunidades que enfrentan los agricultores familiares.

A la hora comenzar a ampliar sus conocimientos y habilidades, comenzó a sumergirse de a poco en la agricultura y el desarrollo rural. Luego de obtener su licenciatura en agronomía, recibió educación superior y se dedicó de lleno a la agricultura familiar. Comenzó a trabajar junto a comunidades rurales distribuidas en todo el país, para identificar cuáles eran sus principales necesidades y comenzar a planificar junto a ellos diversas formas de mejorar su calidad de vida. 

Asimismo, la llegada de la ONU en el Año Internacional de la Agricultura Familiar (AIAF) en 2014, fue otra iniciativa destacable que la ayudó a seguir aumentando la visibilidad de la agricultura familiar, impulsando un importante papel socioeconómico y ambiental en la lucha por la erradicación del hambre y la pobreza en las zonas rurales más necesitadas. 

De esta manera, su compromiso incondicional con el empoderamiento de los agricultores familiares le otorgó un notable respeto proveniente de muchos expertos y colegas de la industria.

Metas agrícolas alcanzadas 

Tal como se mencionó anteriormente, una de las principales características del aporte de María Belén Miserendino al campo de investigación, fue su esfuerzo por garantizar la igualdad de oportunidades agrícolas para los agricultores familiares.

Su trabajo reconoce la importancia de contar con acceso a la tierra, el agua, las semillas y otros recursos agrícolas que habitan en nuestro planeta. Y es por esta razón que sus propuestas siempre estuvieron centradas en desarrollar políticas y programas que promuevan la distribución equitativa de recursos naturales. 

Además, su fuerte compromiso con los derechos agrícolas y su constante apoyo a diversos programas destinados a reformas agrícolas, demostraron una enorme mejora en las vidas de muchos agricultores familiares. 

Por otra parte, otro punto a destacar es su responsabilidad con el desarrollo sostenible. Se proclamó a favor de la relación que existe entre la agricultura, el medio ambiente y la economía, apoyando medidas para promover la agricultura sostenible y la protección del medio ambiente. 

Inclusión económica equitativa y sin fronteras

Otro punto importante de su enfoque que sobresale de la agricultura y el desarrollo rural, es el reconocimiento de las disparidades económicas y sociales que afectan a muchas comunidades rurales y trabaja para crear igualdad de oportunidades para todos. 

Y más específicamente, su promesa particular con la igualdad de género, fue fundamental para empoderar a las mujeres rurales y garantizar su participación activa en la toma de decisiones y en la vida económica de sus comunidades.

Reconocimientos por su labor

En los últimos años, el impacto que generó el trabajo de Miserendino sobrepasó fronteras y se extendió mucho más allá de las fronteras de Argentina. 

Su dedicación y liderazgo fueron reconocidos tanto a nivel nacional como internacional, y tuvo la oportunidad de ser distinguida con múltiples premios y menciones de honor por su aporte al desarrollo rural y la agricultura familiar.  

De esta manera, su vida, obra y legado llegaron para quedarse y perdurará a través de las próximas generaciones, inspirando a otros colegas a seguir sus pasos y continuar luchando por un mundo donde la agricultura familiar sea valorada, respetada y apoyada por todos. 

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